Un pasado con presente
Por Alejandro Rojo Vivot (1)
“Lo que la historia enseña es que nadie aprende de ella”. Gerge Wilhem Hegel (1770-1831)
Desde los inicios de los tiempos, el tardío ser humano tuvo que afrontar muchas cuestiones principales y cotidianas: la alimentación y, por caso, ¿qué hacer cuando la digestión cumplió su ciclo vital? recordando que cloaca es la denominación para el sector final del aparato digestivo de algunos animales como las aves. Por eso, por lo menos, los antiguos romanos idearon, desarrollaron y mantuvieron en óptimas condiciones lo que denominaron Cloaca Maxima; eran tiempos (616 aC-578) del reinado de Lucio Tarquino Prisco. Aunque ya no se emplea, pudimos observar personalmente su drenaje en el río Tíber. En su construcción intervinieron extranjeros con gran capacidad técnica y miles de obreros realizando trabajo forzado; aquí incluimos los sistemas pluviales con sus características alcantarillas pues muchas veces hacen de cloacas.
Fue una obra predominantemente pública aunque algún hombre influyente también se benefició en lo particular. Asimismo vale recordar el óleo (1612) sobre el francés y soldado romano Sebastián (256-288) del célebre bolonio Ludovico Carracci (1555-1619) que tuvo la audacia de dejar de representar al mártir atado a un bucólico árbol o a un elegante poste dórico, como lo hicieron muchos artistas incluyendo (1604) Pierre Paul Rubens (1577-1640) (que más que un asesinado, luego de haber sido torturado, parece un exuberante modelo descansando), presentándolo en San Sebastián gettato nella Cloaca magistralmente retratado cuando los soldados romanos tiran el cadáver de quién acababan de ajusticiar, costumbre que parte de la población empleaba ilegalmente con cierta frecuencia, ahorrándose darles sepultura utilizando otras alternativas.(2)
El extraordinario francés Víctor Hugo (1802-1885), en su célebre Los miserables le dedica un extenso capítulo a la “red subterránea de las alcantarillas” expresando que “la historia de los hombres se refleja en la historia de las cloacas”. (3)
Además realiza una interesante crítica al sistema de su época esbozando algunas propuestas para su sustentabilidad, lo que lo convierte en un antecedente inexcusable para los estudiosos en el tema y para quienes tienen que tomar decisiones políticas al respecto. También se ocupa de mencionarlas en su conocido discurso sobre la pobreza presentado en la Asamblea Nacional Legislativa de su país. (4)
El noruego Premio Nobel de Literatura, padre del realismo moderno, Henrik Ibsen (1828-1906), estrenó en 1882 su vigente Un enemigo del pueblo, que presenta el drama de una ciudad turística que oculta la grave contaminación de sus aguas, en una expandida connivencia entre empresarios, periodistas, autoridades locales y la población en general: “Cuando iban a colocar la cañería escribí en contra. Pero entonces no quiso nadie hacerme caso. Ya podéis pensar que a los señores concejales no les he endulzado demasiado la píldora…” (5)
Por otro lado, el prolífero y célebre humorista español Álvaro de Laiglesia (1922-1981) escribió en 1959: “La ciudad, regada por algunos chaparrones que cayeron la noche anterior, estaba muy limpia. Junto a la boca de algunas alcantarillas, atragantadas de basura, se habían formado charcos en número suficiente para permitir a los transeúntes sus imprescindibles desahogos contra la desidia municipal.
Todo ciudadano necesita esta válvula de escape para aliviar la presión que le producen sus disgustos particulares, y un deber primordial de los alcaldes es proporcionarle motivos que hagan funcionar dicha válvula”. (6)
Y finalizamos con las últimas líneas del magistral relato Casa tomada (1946) del argentino, nacido y fallecido en Francia, Julio Cortázar (1914-1984), con que inicia Bestiario: “Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robarla y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada”. (7)
(1) Autor y coautor de 23 libros y más de 600 artículos publicados en diversos países.
(2) La obra es patrimonio del Museo J. Paul Getty, Los Ángeles, California, USA.
(3) Hugo, Víctor. Los miserables. Planeta. Página 1221. Barcelona, España. Enero de 1986.
(4) Hugo, Víctor. Destruye la pobreza. Asamblea Nacional. Francia. 9 de julio de 1849.
(5) Ibsen, Hdenrik. Un enemigo del pueblo. Losada. Página 38. Buenos Aires, Argentina. Enero de 2007.
(6) Laiglesia, Álvaro de. En el cielo no hay almejas. Plaza & Janés. Página 28. Barcelona, España. 1970.
(7) Cortázar, Julio. Bestiario. Sudamericana. Página 18. Buenos Aires, Argentina. 1971.