Las diferencias de criterio que tengo con el Gobierno Provincial, sobre la problemática de Acceso a la Tierra en El Chaltén, han ido creciendo hasta volverse insostenibles.

Evidentemente no coincidimos ni en la magnitud del problema (la gravedad del mismo), ni en su dinámica (la manera en que se multiplica y ramifica en un sinfín de otros problemas también graves). Tampoco coincidimos (como consecuencia de no coincidir en los puntos anteriores) en la urgencia de la solución. Y tampoco en la solución.

Hay que ampliar el ejido urbano en forma urgente para otorgar terrenos a los vecinos que cuentan con los requisitos establecidos en la Ordenanza de Adjudicación de Tierras.

Reitero;

Hay que ampliar el ejido urbano en forma urgente para otorgar terrenos a los vecinos que cuentan con los requisitos establecidos en la Ordenanza de Adjudicación de Tierras.

Está todo dado para que se sienten autoridades Provinciales y autoridades de Parques Nacionales y lleguen a un acuerdo.

Pero nada sucede.

Está el proyecto de Comunicación presentado por la Senadora Ana María Ianni en el Senado de la Nación en el que se solicita al Gobierno Nacional, al Gobierno Provincial y a la Municipalidad de El Chaltén que lleguen a un acuerdo para la ampliación del ejido urbano.

Pero no sucede nada.

Está la Resolución, del Diputado por el Pueblo Miñones, sancionada en la Cámara de Diputados de la Provincia, en la que se solicita a la Secretaría de Ambiente de la Provincia que evalúe la factibilidad técnica de dos áreas posibles, propuestas por la Municipalidad de El Chaltén, para la ampliación del ejido urbano.

Nada sucede.

Está el trabajo del Honorable Concejo Deliberante, de dos años y medio, de alrededor de dos decenas de proyectos (entre ordenanzas y resoluciones), aprobados por unanimidad, que van en la dirección de lograr la ampliación del ejido urbano.

Nada.

Está también la buena voluntad manifestada por las autoridades de Parques para llegar a un acuerdo. Y hasta está también aquello que la provincia podría ofrecer a cambio a la hora de llegar a un acuerdo con Parques; “Piedra del Fraile”.

Está todo, pero no ocurre nada.

En cambio, lejos de novedades que hablen de la ampliación del ejido urbano, se anuncia la búsqueda de financiación de nación para la construcción de ochentai seis viviendas.

(???)

Uno se pregunta entonces:

¿Cuál es el motivo que impide la ampliación del ejido urbano?

Evidentemente hay autoridades del gobierno provincial que están haciendo todo lo posible para frenar y evitar la ampliación del ejido urbano.

Ahora bien, el Acceso a la Tierra ha sido históricamente la principal herramienta de movilidad social ascendente de la localidad. Y esto para mí es muy importante; casi sagrado. Y creo que están intentando erradicarlo.

Un terreno, a diferencia de una vivienda pequeña, le permite al propietario poner un quiosco, un almacén, un taller, una cabaña. Y esto es lo que molesta: que pueda construir una cabaña. A algunos, a los más radicales cultores del bien posicional les molesta también que pueda poner un quiosco. A muchos otros les molesta que un trabajador pueda prosperar.

La idea es eliminar el Acceso a la Tierra. Que no haya más terrenos para nadie. Y que el vecino común no pueda tener un pequeño emprendimiento turístico. Y que El Chaltén, producto de una oferta que no se podrá ir acomodando a una demanda en permanente aumento (en los primeros seis meses de este año la cantidad de viajeros que pasaron por el aeropuerto de Calafate ha marcado una cifra récord) se convierta en un lugar exclusivo. Donde los precios irán, progresivamente, subiendo hacia las nubes.

Es una política que busca claramente beneficiar a los propietarios de hoteles (que pueden ser propietarios directos o miembros de sociedades) muchos de los cuales no viven ni en la localidad ni en la provincia; negándoles la posibilidad de encarar un emprendimiento comercial a los trabajadores que viven en el pueblo.

Todo esto se parece mucho al viejo y famoso anhelo de algunos emprendedores hoteleros locales que al mismo tiempo que luchaban por regular la construcción de alojamientos turísticos multiplicaban los metros cuadrados de los suyos.

Podemos discutir un millón de cosas. Qué crecimiento queremos, de qué modo, qué requisitos, qué antigüedad debe tener un vecino para poder acceder a un terreno, cuántos terrenos habría que otorgar por año para que el crecimiento sea armónico, hasta cuándo crecer, en fin. Mil cosas podemos y debemos discutir. Y mil cosas, de hecho, venimos discutiendo en el HCD. Pero el Acceso a la Tierra como herramienta de ascenso social, para mí, está fuera de toda discusión.

Estoy en las antípodas del pensamiento que acabo de describir.

Me da la sensación que algunos se están confundiendo de barrio.

Yo no voy a acompañar políticas que promuevan la concentración de la riqueza y que vayan en contra de lo que, durante más de treinta años, ha sido una herramienta extraordinariamente eficaz de ascenso social.

El Honorable Concejo Deliberante sueña con un Chaltén inclusivo. Y todo el trabajo realizado en estos dos años y medio en el Concejo va en ese camino.

Particularmente la Ordenanza de Adjudicación de Tierras. Desafío colosal llevado a cabo en forma democrática y participativa y que fuera aprobado por unanimidad. Me enorgullece y me honra haber participado en su creación.

Debe ser la ordenanza de su tipo más inclusiva del país.

¿La habrá leído alguien en Río Gallegos?

No lo sabemos.

Según parece todo lo resuelto sobre la problemática de Tierras, durante dos años y medio, en el HCD, es ignorado por el Gobierno Provincial.

La realidad es que la situación social en el pueblo está peor que cuando asumí mi compromiso como Concejal. Continuamente van surgiendo nuevos motivos de incertidumbre y van apareciendo múltiples focos de tensión y de roce entre vecinos. Y todos los problemas se desprenden del mismo problema central, medular, primordial; el Acceso a la Tierra y la ampliación del ejido urbano. Es inentendible como se puede seguir demorando con esto. Como Concejal siento una enorme frustración. Como Concejal del oficialismo siento culpa y vergüenza.

He decidido renunciar a mi banca.

Pido disculpas a los vecinos que me han acompañado con su voto. Y pido disculpas especialmente, y muy especialmente, a todos los vecinos que están luchando por su tierra. Siento en el alma no haber podido ayudarlos.

“Hay que ampliar el ejido urbano cuanto antes para otorgar terrenos a los vecinos que cuenten con los requisitos establecidos en la Ordenanza de Adjudicación de Tierras.”

Deseo de corazón que sea este gobierno quien lo haga.

He renunciado.

Vuelvo al llano.

Diego García Canto