Alejandro Rojo Vivot - Escritor 11/01/2024

LAS CARTAS ORGÁNICAS: LOS ASUNTOS PÚBLICOS…SON PÚBLICOS

La falta del Boletín oficial donde tiene que estar todo lo público informado es algo muy grave en la democracia de hoy y que todo no este publicado en internet es inadmisible en el siglo XXI. Por eso las Cartas Orgánicas son importantes y ojala Santa Cruz y alguna ciudad de ese paso en los próximos años. Por Alejandro Rojo Vivot - Escritor.

FOTO: ARV. REVISTA PBT. AÑO 9. N° 46. BUENOS AIRES. 16 de noviembre de 1916

“La publicidad de los actos de gobierno, tal como las nuevas generaciones la interpretamos, no consiste sólo en leer lo publicado en el Boletín Oficial, sino que queremos saber más sobre todo acto de gobierno y no sólo el texto de una norma determinada; ese saber más que un conocimiento original y completo que incluye estudios preliminares, impactos ambientales, origen de los recursos, motivaciones y toda otra documentación tenida en mira para llevar a cabo el acto”. (1)

 

María Barón

 

El poder reside en el pueblo, por eso todo lo público debe estar claramente a la luz del día.

Quienes legislan, gobiernan y administran lo público le brindan servicios a la comunidad, por lo que, en principio, andar con secretitos huele a podrido como lo expresado hace siglos por Hamlet (1601) de William Shakespeare (1564-1616).

Es elemental saber siempre todo lo que hacen con lo que es mío y de los demás.

La falta de publicidad de los actos a través de la periódica y amplia distribución del Boletín Oficial en formatos de sencillo acceso universal es muy grave.

Que todavía toda la información pública, toda, no esté volcada a Internet es incomprensible. Si aún no llega la tecnología, habrá que prepararse en tal sentido y que, por favor, las excepciones no justifiquen las faltas de los demás.

Por caso, ¿en todos los municipios, provincias y el sistema nacional, con directo acceso electrónico, están las nóminas actualizadas de todos los individuos que reciben salarios o equivalente, temporarios o permanente, y sus funciones laborales detalladas? Sumados los empleados públicos electos, los asesores, funcionarios de gabinete, etcétera. Todos.

Ante cada comisión de servicios, ¿se publican los respectivos informes de logros, costos en pasajes y viáticos?

Las audiencias públicas son relativamente fáciles de organizar, tienen bajo coste y se pueden realizar periódicamente, más aún en las comunidades con menor población. ¿Si no se efectivizan, también será por falta de Internet?

Uno de los fines de la Audiencia Pública es que los presentes reciban información de los actos políticos administrativos y en la misma tiene que estar garantizado un sistema de registro público de la sesión. Sin duda, este mecanismo de acceso a la información es una de las bases fundamentales para la participación ciudadana.

ADEMÁS

Todas las formas de involucramiento de los vecinos son estrategias de calificación positiva de la democracia; en este caso, la Audiencia Pública es una magnífica oportunidad de reconocimiento del otro en la diversidad, de aprender a escuchar distintos argumentos, crecer desarrollándose en la pluralidad.

Las apreciaciones sobre las políticas públicas es un continuo devenir donde las modificaciones fundadas se sustentan en la inteligencia y la rigidez en este sentido, frecuentemente, es un claro síntoma de uno supino anquilosamiento o, a veces, de una irreverente ignorancia. Recordemos que, de lo que se trata aquí, es de arribar a consensos comunitarios que contemplen los intereses generales en un contexto y especificidad determinado.

Los holgazanes intelectuales seguramente preferirán las aprobaciones a libro cerrado y quienes velan por intereses distintos a los reconocidos abiertamente procurarán, por todos los medios, que sean los menos posibles los que intervengan en su tratamiento.

RECORDEMOS

Las cartas orgánicas son instancias que contribuyen en mucho al desarrollo de los individuos y las comunidades.

Así mismo, las cartas orgánicas son textos muy adecuados para la formación cívica de los vecinos.

Los mecanismos de participación ciudadana son efectivos cuando los mismos generan incidencia pública, por lo que la respuesta a la asidua pregunta referida al poco involucramiento ciudadano, principalmente la deben contestar los responsables de legislar y administrar los asuntos públicos. Es decir: ¿estoy, en forma pública, escuchando periódicamente a mi pueblo?

La democracia participativa que, sin duda, tienen un gran valor en sí misma, además contribuye a mejorar el desempeño de la sociedad en su conjunto pues avanza en evitar mandatos absolutamente delegativos en donde la población transfiere la iniciativa a los electos al encaminarse a otro donde se reserva para sí también el derecho a promover acciones y normas legales. Esta cuestión activa se contrapone con fuerza suficiente a las políticas hegemónicas propias de las distintas caras del autoritarismo.

Indudablemente, la clave para lograr la calidad democrática está en que cada individuo actúe responsablemente en su comunidad; las sociedades que viven en una anomia generalizada, donde la solidaridad es escasa y las iniciativas procurando el control cívico son casi inexistentes, el municipalismo pierde relevancia dejando dominar al centralismo.

EN FIN

La Audiencia Pública es un escenario privilegiado donde todos están invitados, basado en el respeto a la condición humana, para edificar una sociedad donde cada individualidad tenga cabida y sea reconocida como sumamente valiosa por ser parte del género humano y capaz de aportar su cuota parte en la construcción colectiva del conocimiento. Magnífica oportunidad que, de trasladarse a todos los ámbitos cotidianos, sin duda, promoverá la paz como una constante inacabable.

 

NOTA Y REFERENCIA

Alejandro Rojo Vivot es autor del libro “Acceso a la información pública en ciudades democráticas, justas y sustentables”. Editorial Dunken. Buenos Aires, Argentina. (2015).

1) Barón, María. Acceso a la Información en el Poder Legislativo. Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento. Páginas 9 y 10. Buenos Aires, Argentina.

Por Alejandro Rojo Vivot - Escritor