Ilustración: REVISTA LA FIRME. N° 2. SANTIAGO, CHILE

“El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha es, en cambio, una figura que no posee humor por sí mismo, pero que lo produce, con toda gravedad, un placer que pudiéramos calificar de humorístico, aunque su mecanismo se aparta considerablemente del humor”. [2]

Sigmund Freud (1856-1939)

El humor político también es un recurso asiduamente empleado por los que desarrollan actividades sectoriales de interés público, ya sea desde lo gubernamental, oposición y los más diversos como los sindicalistas, empresariales, etcétera; suponer que únicamente es patrimonio de una sola parcialidad es, en principio, una notoria falta de información.

En Chile, el período democrático del Presidente Allende fue escenario proclive de debates, incluyendo los aportes realizados por el humor.

Por caso, Hernán Millas recopiló, en 220 páginas, parte de las expresiones contrarias al oficialismo. [3]

En el explícito “Prólogo” se definió claramente la intensión: “Los participantes de este libro fueron exactamente francotiradores. Desde la azotea de su diario o revista disparaban a la Unidad Popular. Sus municiones eran las aceptadas por aquel armero, el simpático poeta latino Quinto Horacio Flaco (Horacio) (65 a.C.-8 a. C.), quien estableció sus características: 式Castigat ridendo mores始, riendo censura las costumbres; tal vez habrían que haber agregado también la cuestión referida a las eventuales ofensas a las costumbres y a la convivencia humana en diversidad.

DOS PERSPECTIVAS OPUESTAS

“En su cátedra universitaria, el erudito Francisco Dussuel Díaz [4] expresó que el humorismo entraña simpatía y verdad, que podrá decirnos las cosas más tremendas; podrá zamarrear al lector, pero al mismo tiempo que le hace sentir el látigo, lo invita a la reflexión. (…)

Una de las diferencias fundamentales del hombre con el resto de los animales es que éste puede reír. Y cuando el ser humano se acerca a la irracionalidad pierde ese don precioso. Tal vez así se explique que, a medida que las brigadas marxistas cambiaban el diálogo con los garrotes y 式linchakos始, por las molotov y las metralletas, perdían el sano gozo de la risa. Sus publicistas sabían sólo injuriar en forma soez a los que discrepaban de sus métodos.

Ni procacidad ni bajeza caracterizaron a estos francotiradores. Con ingenio y picardía seguían las actuaciones del régimen allendista. Más de una vez enviaban una acariciadora invitación a rectificar rumbos. Vano intento. 

Aparte de distraer en las horas adversas, estos francotiradores tuvieron el mérito de ir creando conciencia en los pusilánimes que iban cayendo en el sopor del acostumbramiento. Sus artículos y dibujos, aunque mantuvieses su amable sonrisa, fueron agregándose a la gesta que culminaría el Once de Septiembre”. [5]

La nefasta y sangrienta dictadura posterior persiguió y clausuró muchas de las publicaciones que incluían humor político: “Apsi” (1976-1995), [6] “Análisis”, “La Firme”, [7] “Topaze” (1931-1970, con algunas interrupciones), “Cabrochico” (1971-1972), [8] “Hoy” (1977-1998), [9] “Cauce”, etcétera; “Ercilla” (1933-2015) recibió presiones con respecto a su línea editorial para que apoyara a los militares en el poder.

En tal sentido establecieron la censura previa mediante el Bando 15. [10]

Por otro lado, estaban los dibujantes que apoyaban al régimen y que incluían caricaturas el dictador emulando a Hércules.

La tiranía siempre es perversa; la democracia con más y mejor democracia es perfectible, siempre.

El griego Esopo (600 a.C.-564 a.C.) [11] nos legó que “Un tirano siempre encontrará excusas para su tiranía”.

 
[2] Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Tomo I. Página 1164. Madrid, España. 1973.
[3] Millas, Hernán. Francotiradores del humor. Combatieron el marxismo con el arma más peligrosa: la risa. Editora Nacional Gabriela Mistral. Santiago, Chile. 1974. La primera edición fue de 60.000 ejemplares.
[4] (1915-1971).
[5] Millas, Hernán. Francotiradores del humor. Editora Gabriela Mistral. Página 7. Santiago, Chile. 1974.
[6] “Por el derecho a no estar de acuerdo”. También editaron “Apsi-Humor”, agosto de 1987 sobre “Las Mil Caras de Pinochet”, con una tirada un poco superior a los cien mil ejemplares, que fue requisada por la División de Comunicación Social (DINACOS) y sus directivos fueron detenidos por “asesinato de imagen”. Fue reeditada en la clandestinidad y comercializada con éxito.
[7] Creada por el gobierno de la Unión Popular, incluyendo numerosos dibujos humorísticos y notas de destacados autores, como parte del accionar del oficialismo.
[8] Publicación gubernamental destinada al público infantil, impresa con recursos públicos. El gobierno de la Unión Popular adquirió los activos de la Editorial Zig-Zag creando así la Editora Nacional Quiantú, empresa clave para llevar adelante parte de sus políticas a través de los medios de comunicación social, contrarrestando en parte el accionar de la oposición.
[9] Apoyada por miembros del Partido Demócrata Cristiano (PDC) (1957).
[10] 11 de septiembre de 1973.
[11] Aproximadamente.

Alejandro Rojo Vivot - Escritor