CARTAS ORGÁNICAS: CONSTRUYENDO EL PROPIO PRESENTE
Estamos en un momento muy difícil donde la democracia hay que fortalecerla día a día y para eso se necesita la participación ciudadana para no perder lo poco o mucho que se ha logrado, de cada uno de nosotros depende. Por Alejandro Rojo Vivot.
“Si quieres construir un barco, no reúnas a tu gente para que busquen la madera, preparen las herramientas y distribuyan las tareas. Sólo llámalos y despierta en sus mentes el deseo irrefrenable por el mar infinito”.
Antoine de Saint-Exupery (1900-1944)
Entrado el Siglo XXI ha quedado especialmente en claro que es necesario, muy particularmente, incrementar los esfuerzos para que en todos los órdenes de la vida se mejoren y expandan las prácticas democráticas. Esto es, en definitiva, que la calidad de la democracia sea un valor cultural de primera magnitud y que su desarrollo sea siempre un imperativo inexcusable.
La transparencia en todos los actos con implicancia pública y en las relaciones personales es uno de los fundamentos principales para el desenvolvimiento integral. La verdad y la coherencia indican siempre un camino compatible con la condición humana. El inverso es el que desemboca irrefrenablemente en las mayores aberraciones que tantas veces han vivido millones de hombres y mujeres.
La calidad de la democracia se establece tanto por las normas como por el seguimiento perspicaz de todos los actos con implicancias públicas en algún sentido. La administración de justicia independiente y con capacidad de cumplir con su cometido es la urdimbre donde se puede tejer una comunidad en la cual la equidad sea el hilo principal; reiteramos, difícilmente alguien dude de lo importante que es la capacitación en todos los órdenes de la vida. Por un lado, el proceso es acumulativo y nunca suficiente y, por el otro, los continuos cambios nos significan demandas de actualización constante. Además, la capacitación nos permite acceder a información, métodos, formación, etcétera que nos pueden implicar cambios sustanciales.
El trabajo comunitario también exige una adecuada capacidad de gestión y, por lo menos, una permanente actualización conceptual. En el primer caso es fundamental acrecentar la capacidad del impacto institucional pues si no los esfuerzos se irán licuando en los problemas sociales y políticos cada vez más graves y, en el segundo caso, el letargo conceptual, por lo menos, los va convirtiendo en ritualista amparados en frases hechas que ni los mismos adeptos creen.
Sintéticamente: la capacitación puede ser dispar tanto en sus contenidos como en sus modalidades. Por un lado, la diversidad contribuye en mucho a ampliar los horizontes y la especialización favorece a mejorar lo conocido. Los miembros de las organizaciones deben procurar capacitarse como parte importante de su cometido pues es una forma inteligente de desarrollarse. Esto implica también una clara actitud de búsqueda de alternativas y, sobre todo, de análisis crítico de la abundante oferta. Los encuentros presenciales entre quienes llevan adelante propuestas innovadoras contribuyen en mucho a crear condiciones para replicarlas, concertar acciones y fundar alianzas; la diversidad puede, en muchos casos, ser fuente de energía compartida cuando se encuentran las formas de acrecentar las respectivas fuerzas. En tal sentido tengamos presente lo señalado por el célebre Maimónides (1135-1204): “Oh señor, aleja de mí la idea de que todo lo puedo”.
También se ha de procurar la generalización de la capacitación entre el mayor número posible de componentes de las organizaciones, desalentando cualquier tipo de concentración, fenómeno bastante asiduo y de negativas consecuencias.
Por otro lado, es importante recordar que la capacitación, en definitiva, surge de una actitud personal de buscar instancias de superación; cuando esto no está presente a lo máximo puede suceder una acumulación sin mucho sentido de horas muy desaprovechadas. Si el aprendizaje no produce cambios no es tal.
Los poderes públicos han desarrollar estrategias de planificación y de rendición de cuentas transparentes, mediantes metodologías y tecnologías adecuadas que contribuyan a la ejecución de acciones y la respectiva verificación de resultados. Respecto: “Se requiere incorporar dentro del accionar de los Gobiernos locales un nuevo modelo de gestión pública basado en un enfoque territorial, que enfatice la promoción del desarrollo económico y social del municipio de manera integral. Este modelo permite la construcción y movilización de los recursos municipios en función del desarrollo de sus objetivos estratégicos y sus ventajas comparativas y competitivas.
En tal sentido, para hacer una efectiva y eficiente gestión del desarrollo local, se requiere instrumentos y enfoques, que desde la planificación, orienten las acciones y permitan medir los esfuerzos a favor del desarrollo local. La planificación es la acción decidir, antes de actuar, lo que se desea hacer, cómo se hará, cuándo se realizará, quién ha de hacerlo, con qué se hará y cómo se controlará en un período específico, todo ello con el fin de lograr los objetivos propuestos con calidad y eficiencia”. (1)
Estas líneas tienen como el objeto de contribuir a la capacitación individual o grupal, asistida o autónoma, con el fin de generalizar una herramienta de suma utilidad para el desarrollo sustentable. Cuando el interés sea muy específico, en cada parte y sección se encontrará básicamente lo requerido. La práctica será la gran aliada del entrenamiento.
Asimismo, el logro de los objetivos depende en gran medida de la capacidad de gestión y ésta es el resultado casi directo de la capacitación.
Entonces, por caso, un muy buen indicador de desarrollo institucional es la cantidad y calidad de acciones de capacitación gestionadas, por ejemplo, en el último año. El otro parámetro, es sumar la cantidad de horas de capacitación a las que accedió cada integrante de la organización y dividirlo por el número total de miembros activos y así poder observar la dinámica interna.
También es oportuno individualizar los cambios, incrementos, iniciativas originales, etcétera que se producen en cada organización como consecuencia de alguna acción de capacitación, a los efectos de evaluar cualitativamente este proceso.
En el mismo orden de ideas es bueno tener presente que es la innovación la que funda el desarrollo y que, la mera repetición acumulada de acciones más bien engorda que alimenta; en tal sentido Albert Einstein (1879-1955) expresó: “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”.
En síntesis, la capacitación debe ser una prioridad inteligentemente ejecutada como una forma de incrementar la calidad de la gestión personal o institucional y así aumentar el impacto positivo en el cumplimiento de los respectivos objetivos. Indudablemente, hoy más que nunca, la capacitación permanente es un imperativo impostergable. Quien no lo entienda así, muy posiblemente, irá quedando a la vera del camino o, por lo menos, demorando a los que lo acompañan y vienen detrás.
NOTA Y REFERENCIA
Alejandro Rojo Vivot colaboró en el proceso de redacción de la Carta Orgánica de Río Grande, Tierra del Fuego.
1) Federación Dominicana de Municipios y Fundación DEMUCA. Guía para la Formulación del Plan Operativo Anual (POA) Municipal. Página 8. Santo Domingo, República Dominicana. Diciembre de 2009.