29/06/2025

“ORO ROJO”.  Experimentan el cultivo de azafrán en Santa Cruz

La Agencia de Extensión Rural del INTA Caleta Olivia desarrolla ensayos con plantaciones de azafrán a fin de evaluar la respuesta de dos variedades de diferentes zonas (Cormos de Trevelin y de Mendoza).

Fotos: INTA AER Caleta Olivia

Conocido como el “oro rojo” en el mundo, el azafrán es una especia obtenida de los estigmas secos de la flor del Crocus sativus, de color rojo intenso, aroma característico y sabor ligeramente amargo.

Se utiliza en la cocina para dar color y sabor a diversos platos, especialmente arroces y guisos. También le han descubierto propiedades antioxidantes y sirve como estabilizador de la presión sanguínea y es antidepresivo, entre otras cosas.

También se pueden aprovechar los pétalos y estambres, y consumirse frescos en ensaladas o en preparaciones cocidas.

En Argentina, los bulbos (o cormos) se introdujeron en el siglo XX gracias a los inmigrantes europeos, especialmente españoles e italianos, que lograron adaptarlos al clima y al suelo. Pero el cultivo nunca tuvo un gran desarrollo, sino que estuvo limitado a la agricultura familiar y a emprendimientos pequeños de pobladores rurales.

Actualmente el azafrán se cultiva en regiones del NOA, de Mendoza y en Córdoba. La producción de azafrán se está expandiendo hacia la Patagonia, con puntos en Neuquén y Trevelin. Y ahora Santa Cruz se suma en una etapa experimental

Desde enero de 2024 se desarrolla en la zona norte de Santa Cruz, en Caleta Olivia, un ensayo experimental de cultivo de azafrán a cargo del productor José Belinde, ubicado en el Barrio 13 de diciembre.

El INTA informó que se utilizando cormos provenientes de Trevelin (Chubut) y San Rafael (Mendoza). Estas variedades fueron evaluadas en parcelas continuas en donde recibieron el mismo manejo de suelo, temperatura y riego.

El sistema de riego fue discontinuo en surcos y no se contaba con protección contra el viento, lo que permitió comprobar una buena tolerancia climática.

Se midieron y fueron registrándose los diferentes parámetros, como ser temperatura del suelo, al momento de la plantación y durante el desarrollo, la temperatura ambiente, la calidad de suelo y el riego, condiciones claves para la bulbificación y producción de flores.

En el ciclo de vida del azafrán es posible diferenciar esencialmente tres etapas: vegetativa-reproductiva, dormancia y floración, que acompañan la natural evolución de las estaciones del año. Este ciclo se cumple entre los meses de enero a noviembre, siendo en enero la plantación de bulbos, entre abril y mayo la cosecha de flores y en noviembre la de los nuevos cormos desarrollados.

En este segundo año de ensayo, en abril de 2025, se cosecharon flores entre ambas especies con resultados sorprendentes ya que se vio, a través de la floración, la respuesta a los cormos provenientes del año anterior. En marzo comenzó la brotación y a fines de ese mes ya aparecieron las primeras flores.

Paula Luna jefa de la agencia Caleta Olivia de INTA, destacó que “se observó una muy buena respuesta por parte de ambas variedades, con buen crecimiento y desarrollo de hojas, flores y pistilos”.

“Lo más importante fue la multiplicación de los cormos, cuando un cormo en general con buena producción se duplica o triplica en cantidad, aquí se desarrollaron hasta 5 bulbos de un mismo cormo plantado en enero”, agregó.

En la primera temporada, estas variedades de azafrán tuvieron una gran cantidad y buena cosecha de flores en proporción a lo cultivado: de 210 cormos implantados en enero-febrero, se contaron 190 plantas brotadas en marzo y se mantuvo ese número hasta finalizar la floración en Abril-mayo (90% de plantas con buena producción) sin contar los brotes dobles o triples. Esto se debe a la buena respuesta y bulbificación.

Luego de la temporada inverno primaveral, los bulbos que permanecieron en el suelo, y que se cosecharon en noviembre 2024, manifestaron grandes diferencias de tamaños, siendo estas mayores y con una alta multiplicación.

En la temporada 2025, utilizando cormos seleccionados de la cosecha anterior, la brotación comenzó en marzo y la floración fue notablemente superior: se cosecharon ocho veces más flores que el año previo.

Se mantiene la expectativa de que el rendimiento óptimo se alcance en la tercera temporada (2026), en línea con experiencias compartidas por técnicos de INTA Bariloche que acompañan el proyecto.

En este sentido, se generó una red de trabajo en conjunto con el productor y los técnicos de Bariloche y Caleta Olivia, para concluir las evaluaciones, ya tener las certezas y definiciones para continuar y concretar con un cultivo de producción y a mayor escala