“Mi domicilio es en Moreno, provincia de Buenos, pero vivo viajando”, comienza diciendo Daniel López, veterano de Guerra de Malvinas, que en 1982 prestaba servicio en el Regimiento de infantería 6 con asiento en Mercedes, provincia de Buenos Aires.

Fue destinado a Puerto Argentino, la capital de Malvinas, donde dijo vivir cosas muy desagradables. “Lo que recuerdo de Malvinas es todo feo. Pero lo más indignante fue entregar las armas”, afirmó.

Durante el mes de febrero López estuvo de paso por El Calafate. Recorre el país hace tres años, luego de cuidar de su madre quien ya falleció. Se compró su motorhome pero la pandemia demoró sus planes.

Hace tres años recorre el país de sur a norte. Parando en el camping municipal, nos enteramos de su presencia gracias a los Bomberos Voluntarios, que hasta ayer tuvieron la concesión de dicho lugar.

“Nunca se deja de ser veterano de guerra”, dijo López. “Yo por un lado lo aparto un poco de mi vida, porque significa dolor, es injusticia, es muerte. Por el otro lado mi viaje es posible gracias a la guerra, y uso lo que cobro de pensiones para poder viajar”

Recuerda que cuando regresó de Malvinas “nos prohibieron hablar cuando llegamos al continente. Nos dijeron que no tenemos que decir nada”.

Ese silencio forzado sumado a los traumas propios de la guerra, hicieron que muchos combatientes decidieran poner fin a su vida. Hay mas muertos después de la guerra que en combate afirma López, quien la provincia de Buenos Aires, trabajó en un programa de salud de veteranos de guerra.

“Para viajar hay que despojarse de mucho, comenzando por los afectos de los amigos. Pero muchas veces encuentro amigos en el camino”, afirma López

El veterano dice que no solo viajó por la Argentina, sino que se animó a ir a Chile, a pesar del remordimiento que siente porque el gobierno de ese país ayudó a los ingleses.

Afirma categóricamente que no incluirá a Malvinas en su planificación de viaje. “A Malvinas no voy a ir, porque tengo que llevar pasaporte. No puedo entrar a mi país con pasaporte”