Juliana García, una apasionada guía de turismo convertida en Coordinadora de Uso Público del Parque Patagonia, personifica el compromiso y la conexión profunda que muchos sienten por este tesoro natural. Originaria de Córdoba, Juliana encontró en este parque más que un destino turístico: lo considera su hogar y su pasión.

Su conexión con el Parque se remonta a su participación en el primer programa de voluntariado en el año 2016 del Parque Nacional Perito Moreno. “Al año siguiente volví también a voluntariar, pero ya en el cañadón del río Pinturas.  Estuve dos temporadas trabajando ahí y después empecé a trabajar en uso público”.

Juliana cuenta que los trabajos como voluntaria consistieron en la restauración del ecosistema, “es decir, mucha remoción de alambrados, removimos los cuadros que había en la Ascensión y en el Portal Cañadón Pinturas”, así como también, trabajos relacionados con la atención al visitante. Desde entonces, su compromiso con la restauración del ecosistema y la atención al visitante ha sido inquebrantable.

No es un secreto que el noroeste santacruceño obsequia las mejores postales de la inmensidad del horizonte, los cielos y la fauna salvaje disfrutando de esa bastedad. Para Juliana, “la cumbre del Cerro Amarillo es una de las vistas más lindas del parque". 

Y es que, según cuenta, desde este punto privilegiado, en un día despejado, “podés ver el Cerro San Lorenzo, el Monte Zeballos, que es el monte que está arriba de la Meseta del Lago Buenos Aires, la confluencia del Cañadón Pinturas con el Cañadón Caracoles”, describe. "Yo creo que esa es como LA foto. Si tengo que mandar una foto del parque, esa es una de mis preferidas".

Este año, la temporada en el Parque Patagonia ha sido especialmente significativa. "Iniciamos la temporada con la apertura del Centro de Interpretación y Planetario, que fue la sorpresa para la mayoría de los visitantes, que no se esperaban encontrar un edificio en el medio de la estepa, con toda la tecnología que tiene y con proyecciones del cielo patagónico”

En cuanto a senderos, la responsable de Uso Público cuenta que el más popular del parque es el ‘Sendero Tierra de Colores’, que “es un sendero en el que caminando 10-15 minutos llegás hasta un mirador en donde podés apreciar las diferentes coloraciones”. También considera que otro factor que puede contribuir, es que está muy cera de la Ruta 40. “Está a 500 metros de la entrada del Parque, entonces es uno de los más recorridos”.

En segunda instancia, ya para los más experimentados, el sendero de preferencia es el ‘Bajada de los Toldos’, que es uno de los accesos al sitio arqueológico Cueva de las Manos “Para llegar al sitio, accedés a través de un sendero en el que bajás al Cañadón del río Pinturas, cruzás el río por un puentecito de madera, ahí hay unas mesitas de picnic para tomarse unos mates o comer algo” y subir hasta el otro lado, donde está el centro de visitantes y el sitio arqueológico, con los guías listos para realizar el recorrido guiado, cada hora en punto.

El impacto positivo del aumento en el turismo se refleja en las cifras récord de visitantes este año, superando los 13,200 visitantes, “lo cual supera a la visitación del año pasado y de los años anteriores, así que eso es algo superpositivo”. Este flujo de turistas ha beneficiado no solo al Parque Patagonia, sino también a las comunidades circundantes, generando un impulso económico y social en la región.

Los viajeros pueden pernoctar en los áreas de acampe o la hostería del Parque, y muchos “optan por ir a dormir a Perito Moreno, Los Antiguos, Lago Posadas, Bajo Caracoles y después vienen a visitar el Parque”, explica y remarca que este año, “casi un 60% de las visitas, son de origen nacional y este año hemos tenido mucha visitación de las localidades vecinas principalmente para venir a conocer el centro de interpretación y Planetario, que es algo supernuevo en la zona, por lo que eso es un punto positivo para la temporada”

Juliana mira con optimismo hacia el futuro del Parque Patagonia y su papel en la preservación de la naturaleza. "Vivir en el parque es una experiencia muy linda y trabajar en un ambiente natural, creo que es lo que más me motiva.  Esto de estar en contacto con la naturaleza, con la fauna y también darle la posibilidad a las personas que conozcan este lugar es muy satisfactorio”.

Sin duda, esta es una de las premisas con las que trabajan quienes desarrollan sus labores en ambientes únicos como el Parque Patagonia “Creo también que una de las misiones o de los objetivos de las áreas protegidas es que la gente pueda acceder a ambientes naturales y estar en contacto con la naturaleza, que es algo que se ha ido perdiendo un poco con las ciudades”