“Todo lo que hice fue por amor a mi trabajo”. Lala Méndez, histórica empleada de la Municipalidad

La inauguración de la ampliación del edificio municipal dejó una de las postales más emotivas de la jornada: el abrazo del intendente Javier Belloni a su tía, María Eulalia “Lala” Méndez, una de las primeras empleadas administrativas de la antigua Comisión de Fomento, muchos años antes de que El Calafate fuera municipio.

Lala, que ingresó a trabajar en 1961, volvió este jueves a la institución donde desarrolló 32 años de servicio, y lo hizo con el mismo orgullo y sencillez que marcó su trayectoria.

“Me pongo orgullosa de poder estar acá, que me haya invitado mi sobrino”, dijo en diálogo con Ahora Calafate, mientras observaba el edificio renovado y ampliado que contrasta con aquella pequeña estructura donde comenzó su historia laboral.

Su primer trabajo fue de cadeta. “Entré para cobrar los recibos de limpieza y de luz, que en ese tiempo la Municipalidad cobraba la luz y la basura”, recuerda. Eran tiempos en los que la administración local funcionaba con muy pocos empleados y con una estructura mínima, cuando El Calafate seguía dando sus primeros pasos institucionales.

Belloni, durante su discurso, se tomó un momento para recordar el carácter firme de Lala. Y ella misma lo confirma sonriendo:“Porque los hacía responsables… Vos entrás a tal hora y a tal hora tenés que venir. A mí siempre me gustó ser responsable. Siempre fui media hora antes y me iba después”, dijo a Ahora Calafate.

Su marido le repetía que no valía la pena tanto esfuerzo: “¿Qué te creés, que te van a dar la Municipalidad de Oro?”, le decía. Pero Lala siguió siempre igual,  "y venía a la noche a terminar trabajos”.

Quienes compartieron tareas con ella recuerdan esa dedicación, que hoy forma parte de la propia historia institucional del pueblo.  Al recorrer el edificio ampliado, Lala no oculta su sorpresa. “Está muy lindo, muy lindo”, dice, admirando los nuevos espacios.

Su presencia allí no pasó desapercibida. Fue homenajeada por el Intendente, por los empleados actuales y por varios jubilados que también formaron parte de esa primera etapa de la Municipalidad.

El Calafate cambió, creció y se transformó. Pasó de ser una pequeña Comisión de Fomento a una ciudad con identidad propia, desarrollo turístico y una administración mucho mayor. Pero en ese recorrido hay figuras que no deben perderse en el tiempo. Lala Méndez es una de ellas. Su historia es la de cientos de trabajadores y trabajadoras que construyeron las bases de la comunidad actual. “Todo lo que hice, lo hice por amor a mi trabajo”, repite.