El relato del escultor: cómo nació el monumento a Osvaldo Bayer que se inauguró en El Calafate
César Jara, el artesano que talló la figura en madera, contó a Ahora Calafate cómo fue el proceso creativo, una anécdota vinculada con el monumento destrozado en Río Gallegos y cómo se decidió finalmente emplazar la obra en el Paseo Costanero local.
Este lunes, minutos después de las 18, El Calafate inauguró el Monumento a Osvaldo Bayer en un espacio que formará parte del futuro Paseo Costanero llamado Memoria, Verdad y Justicia. La escultura, realizada en madera por el artesano y escultor calafateño César Jara, fue emplazada como homenaje al escritor e historiador cuya obra y defensa de los derechos humanos marcaron la historia de la Patagonia.
Ahora Calafate habló con Jara sobre cómo fue trabajar en esta obra, la técnica empleada y algunos detalles personales del proceso creativo.
“Primero agradecer la presencia de todos estos compañeros que han venido a acompañarnos. La voluntad del municipio de poder instalarlo aquí… y después el trabajo”, comienza diciendo Jara sobre la concreción del monumento.
Relata que cuando le pidieron que lo realizara aceptó sin dudarlo: “Me lo preguntaron, si lo podía hacer. Le dije que sí… y me tiró lo mejor de mí. Y ahí está, yo creo que sí, quedó muy bien.”
La anécdota en Río Gallegos
Durante la entrevista, Jara compartió una historia hasta ahora poco conocida relacionada con su preparación para la obra. Una semana antes de que el monumento original de Bayer fuera destruido en Río Gallegos, hecho que tuvo amplia repercusión nacional y provocó repudios de distintos sectores sociales e institucionales, él había viajado a la capital provincial para observar detalles de esa estructura.
“Viajé a Gallegos precisamente para ver la estructura hecha de hierro, para ver algunos detalles, más que nada de los ojos, que me tenía un poquito preocupado”, contó Jara.
Fue acompañado por un amigo hacia la zona cercana al puesto de la Policía Caminera, pero les pidieron que se retiraran del lugar. Jara explicó que solo estaban allí para observar y entender mejor ciertos aspectos técnicos.
Una semana después, sucedió la destrucción del monumento original. Sobre ello, Jara dijo con cautela: “No quiero pensar mal, pero… las cosas pasan.” A pesar de aquello, aseguró que su trabajo está inspirado en ese anterior monumento, aunque con diferencias, y valoró el resultado final
Sobre la forma concreta de trabajo, Jara explicó que combinó herramientas motorizadas para las piezas más gruesas con trabajo manual. “Un poco con una máquina en los detalles más gruesos, después todo a mano con gubia y mucha lija… y tres o cuatro capas de pintura en algunos lugares.” El proceso fue cuidado y detallista, y la elección de la madera responde tanto a la identidad local como a la voluntad de crear un monumento que dialogue con su entorno.
Del cenotafio al Paseo Costanero
Originalmente se había hablado de emplazar la obra en el cenotafio frente a Estancia La Anita. Sin embargo, tras lo ocurrido con la destrucción en Río Gallegos, se decidió cambiar de planes.
“Hay que decir que el emplazamiento original previsto era en el cenotafio… Pero después, como surgió esta posibilidad, se lo emplazó aquí. Claro, frente a lo que sucedió… desde el Municipio decidieron redoblar la apuesta.”