Un calafateño en Malvinas. “Estar ahí es algo que no se puede explicar en palabras”.

Carlos “Charly” Herrero cuanta que el viaje a las Malvinas se concibió en Ushuaia, en un encuentro casual durante la Vigilia del 2 de Abril del año 2023. Una noche especial en la que cientos de personas rinden homenaje a los caídos.  “Tras investigar cómo llegar a Malvinas, logré concretar este viaje, sin saber absolutamente nada de nada de cómo llegar”.

Lo fue planificando cuidadosamente, con el objetivo de poder lograr ese anhelo que crecía, hasta que finalmente pudo concretarlo en noviembre de 2024. “Fue un viaje con una mezcla de emoción y respeto, al mismo tiempo de tener la oportunidad de recorrer las Islas Malvinas y revivir en primera persona la historia de uno de los momentos más duros y significativos de nuestro país”, cuenta a Ahora Calafate.

La temporada turística en las Malvinas es breve, de diciembre a febrero, y eso hace que la experiencia sea casi exclusiva. Y al ser pocas personas en cada excursión, todo es mucho más personalizado.

En uno de los días visitó el Cementerio de Darwin, el cementerio británico y la Bahía San Carlos. “En Darwin solo éramos 3 personas. Fue muy emotivo estar allí rodeados de una geografía particular, frente a las tumbas de nuestros soldados en medio del silencio de la isla”.

En otras dos excursiones visitó las playas del desembarco de las tropas argentinas en Puerto Argentino (“Operación Rosario”), aquel 2 de abril de 1982. Luego realizó un trekking a los montes Tumbledown y Longdon, donde fueron las ultimas batallas, en junio de ese año

Allí se pueden observar aún vestigios de cocinas de campaña y artillería antiaérea. “Estar ahí es algo que no se puede explicar en palabras. Estar in situ donde se desarrolló el conflicto es algo fuerte, desde lo emotivo”, nos cuenta Charly.

El vecino calafateño destacó el contraste cultural y la atmósfera tranquila de la isla, en la que, después de las siete de la tarde, el silencio y la quietud lo dominan todo.