Opinión Alejandro Rojo Vivot - Escritor 05/03/2023

APUNTES CIUDADANOS: AVENTURAS DIVERTIDAS

Alejandro Rojo Vivot (1) nos acerca a un gran cronista y escritor argentino para que con algunos párrafos aquellos que no lo conozcan puedan conocerlo y ojala busquen sus obras para leerlo. HUMOR, POLÍTICA Y AFINES CCCXLXX


“Hay una tendencia a pensar que el stand up empezó hace unos años con la movida norteamericana, pero acá siempre existió ese tipo de humor. Yo al stand up lo descubrí por Gasalla y por Perciavalle. Los monólogos de Tato [Bores] y de Olmedo me volvían loco. Enrique Pinti una vez me dijo que nunca abandone el humor político y yo eso lo tomé como una bandera que no voy a dejar’. Además se refirió a la inteligencia del público nacional: ‘Es un público único en el mundo al que le podés dejar picando el remate porque termina el chiste en la cabeza. El argentino tiene una preparación humorística excelente’. (...)
‘Rozín todo el tiempo hacía humor negro con lo que le estaba pasando. Me decía ‘Ando bien, sacando eso de que me voy a morir en tres meses, bien’ y eso nos ahorraba a muchos esto de no saber dialogar bien ante esa situación. Con el humor me ahorraba un encuentro, un almuerzo imposible. El humor descontractura, es un atajo y es gratis”.(2)

Roberto Gabriel Moldavsky (1962)

Es probable que la mayoría de los argentinos que estudiaron el nivel secundario de educación y los periodistas profesionales hayan estudiado al cronista y escritor Roberto Jorge Payró y, quizá, muchos lo habrán leído voluntariamente alguna otra vez en la vida, divirtiéndose mucho.
Los demás están a tiempo.

ALGUNOS PÁRRAFOS
“El estudio me interesa muy poco; antes de aprender las lecciones de memoria, la musa musae, el bono, bonum, la nomenclatura interminable de los departamentos de provincia, los cuentos insípidos del Compendio de Historia Sagrada, prefería quedarme horas enteras mirando el aire, evocando las risueñas imágenes de Los Sunchos, o rehaciendo las complicadas intrigas de las novelas. (…)
(Los profesores) Salvo raras excepciones eran ignorantes, se limitaban a tomar las lecciones con el texto en la mano, docticum libro, y contestaban rara vez a las preguntas que les hacían, para aclarar una duda, maestros improvisados, en fin, en una época en que las ‘cátedras’ eran el refugio de los amigos del gobierno que no tenían profesión ni aptitudes para ganarse el pan.
Mi vida, pues, no era vida. (…)
¿Quién dijo que la lisonja es la mercancía más barata y más productiva? Sea quien sea, dijo una gran verdad. (…)
Todo aquello no me importa un ardite. Intuitivamente comprendía que ni colegios ni en facultades se aprende nada, y hoy mismo, si quisiera se completamente franco… En fin, no lo diré, peo es el caso que en nuestro país los hombres realmente superiores se han ilustrado casi siempre solo, han sido autodidácticos, selfmade men, mientras que los rutinarios, los mediocres, han tenido casi siempre un diploma universitario como un pasaporte de complacencia… (…)
Volví a Los Sunchos con la sana intención de no pone de nuevo los pies en la ciudad, y ni siquiera fingí prepararme para los misericordiosos exámenes de marzo. No quería, no podía renunciar otra vez, ni por un momento, a mi individualidad, tan señalada en el pueblo y tan desvanecida e insignificante en aquel escenario. ‘Más vale cabeza de ratón que cola de león’, como decía Tatita. (…) 
Papá accedió sin muchas dificultades y diciéndome, quizá, que, como me dedicaría a la política que no exige sino ‘fuerza en los dedos y resolvencia’, cualquier camino era bueno, con tal que me permitiera meterme en danza lo más posible. Y el intendente municipal, don Sócrates Casauana, a la primera insinuación me concedió un empleadito rentado que iría preparándome a más altas funciones.
Pocos días después, a principios de año, tomé posesión de mi empleo, y aquí comenzó mi vida de ‘aprendiz de hombre…’. Como todavía era muy muchacho y poco inclinado a la observación, las oficinas de la Municipalidad, cerebro y corazón del pueblo, las oficinas de la Municipalidad, cerebro y corazón del pueblo, sin embargo, me fastidiaban profundamente. A la media hora de estar en mi puesto, sentado en una mesa llena de papeles inútiles, me moría de hastío y escapaba a divertirme a otra parte. Sin embargo, a la larga, conocí el personal superior y subalterno: don Sócrates, el intendente, paisano astuto y retobado, gordo y de piernas torcidas, por andar a caballo desde niño de teta, gran mercachifle, gran especulador, gran rata de presupuesto; el presidente de la Municipalidad, don Temístocles Guerra, no sé si menos tosco o más presuntuoso, gran comerciante también; el tesorero, don Ubaldo Miró, que con un sueldo miserable alcanzaba, sin embargo, a llevar una vida casi suntuosa, gracias a su habilidad para  el escamoteo y la bondad benévola con que adelantaba los sueldos a los empleados y peones, mediante un módico interés; los secretarios, uno de la intendencia –Joaquín Valdés-, otro del Concejo-Rodolfo Martirena-, que andaba siempre a caza de propinas y que las provocaba deteniendo los expedientes todo el tiempo que podían y prolongando indefinidamente la tramitación de cualquier asunto que no interesaba a los partidarios más caracterizados de la ‘situación”. (4)

MÁS DE 100 AÑOS
Esta graciosa y entretenida novela costumbrista, con gran desarrollo de inteligente humor político, leída por generaciones mantiene su plena vigencia un siglo después de haber sido escrita.
Muchas de las ficciones narradas además en la actualidad bien podrían estar incorporadas en los medios de comunicación social de mañana y, seguramente, del año que viene.
A veces, la fuerte risa puede generar lágrimas y la inversa.

LA SAGA CONTINÚA
El extraordinario actor cómico y humorista estadounidense, Julius Henry (Grouch) Marx (1890-1977) expresó: “Humor es posiblemente una palabra; la uso constantemente y estoy loco por ella. Algún día averiguaré su significado. (…) No reírse de nada es de tontos, reírse de todo es de estúpidos”.

NOTAS Y REFERENCIAS
1) Alejandro Rojo Vivot produjo 16 micros radiales sobre la democracia, de los cuales se realizaron 100 copias y fueron distribuidas gratuitamente en distintas emisoras de la Patagonia chilena argentina.
2) Moldavsky, Roberto. Roberto Moldavsky y el humor después del humor: “Hay mucha exigencia y yo creo que a los chistes hay que darles libertad”. Entrevista de Guadalupe Torres. La Nación. Buenos Aires, Argentina. 2 de agosto de 2022.
3) Tacaño, mísero, etcétera.
4) Payró, Roberto J. Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira. Editorial Losada. Cuarta edición. Páginas 47, 48, 53, 57, 58 y 59. Buenos Aires, Argentina. 14 de abril de 1957.

Por Alejandro Rojo Vivot - Escritor

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