La sequía viene golpeando fuerte en todo el país y la Patagonia no es la excepción. La producción agrícola y ganadera se ve fuertemente impactada por un fenómeno que tiene pocos antecedentes históricos. 

El proceso de desertificación de los campos en Santa Cruz se notó mucho más en los últimos años. A las cuestiones climáticas se suma el incesante incremento de la población de guanacos, calculada en más de 4 millones, que genera una sobre-exigencia en los pastos naturales, que no pueden recuperarse debido a las prolongadas sequías.

Con estos argumentos recientemente el Gobierno de Santa Cruz declaró el estado de Emergencia en la producción, por un año. Ahora busca el acompañamiento de Nación para habilitar asistencia al sector. 

Cada vez son más reiteradas las declaraciones de emergencia. Ante esta tendencia es necesario tomar medidas de fondo, más que paliativas. 

“Tenemos que prepararnos para cambiar el paradigma de la producción extensiva, tradicional en Santa Cruz”, dijo en entrevista con FM Dimensión 100.3 de El Calafate, el presidente del Consejo Agrario Provincial Javier De Urquiza. “Hay que ir adaptándola con suplementación de alimentos. Hay que hacer algunos cambios en ese sentido. Es lo que nos toca en estas condiciones", detalló.

En ese proceso están a 25 km al oeste de El Calafate, camino al Parque Nacional Los Glaciares y al pie del Cerro Frías. Allí se encuentra la Estancia Alice, donde hace cuatro años se desarrolla un proyecto que busca adaptarse al cambio climático  

“Hace tiempo que venimos observando que cada vez tenemos menos pasto natural y cada vez cuesta más que una vaca engorde en su ciclo natural. “Entonces empezamos a hacer pasturas con diversos resultados, hasta llegar a hoy en que hemos logrado cosechar cerca de 200 mil kilogramos de pasto, que nos alcanza para  alimentar a toda la hacienda durante el invierno y también durante el destete”, explica Alejandro Bárcena, propietario de la estancia.

Su experiencia en Cerro Frías no es algo usual. Tradicionalmente en Santa Cruz se explota la ganadería extensiva. Los animales se alimentan de la vegetación que crece naturalmente. 

“Los inviernos ya no son los de antes, donde teníamos reservorios de agua. La realidad es que el cambio climático está y vino para quedarse. Por eso nosotros apuntamos hacia algo mucho más intensivo”, explica.

Bárcena nos recibió y nos llevó a recorrer los sitios de siembra de las diferentes variedades de pastos nutritivos para el ganado Hereford.  

“Decidimos sembrar pasturas. Comenzamos en forma rudimentaria, intentamos siembra directa pero no se dio. Pero sí lo logramos cuando laboreamos la tierra. Al dar vuelta a la tierra y lograr una buena cama de siembra y la semilla prende”, cuenta a Ahora Calafate.

Durante estos cuatro años la experiencia fue de prueba y error. En muchos casos usando la lógica. “Buscamos los ambientes más ricos en humedad y fuimos sembrando allí con muy buenos resultados. Logramos la primera parte del objetivo que es hacer ganadería intensiva en la Patagonia. Estamos muy contentos”, indica Bárcena descendiente de una tradicional familia de la provincia.

Hasta el momento hay 150 hectáreas sembradas, que sirven para alimentar un rodeo de 400 vacunos.  Otra de las ventajas de la modalidad intensiva es que “controlamos la hacienda en un espacio más reducido,  mientras que por otro lado estamos dejando descansar los campos que ya no tienen el régimen de lluvia de antes, para que puedan semillarse naturalmente”.

Bárcena afirma que este es el rumbo que tiene tomar la ganadería en Santa Cruz, ya que “el campo en la Patagonia se está degradando absolutamente. Vemos que todos los días tenemos un poco menos de rendimiento. Producciones que antes tenían 7000 ovejas hoy tienen 2000. Y esto es por una situación que no se pueden cambiar, que es el Cambio Climático que vino y que se instaló. Entonces sí o sí tenemos que generar una solución y para mí esta es una gran solución”, remarca.

El productor comenzó su proyecto con apoyo y asesoramiento del INTA El Calafate. Luego adquirió maquinaria y realizó otras inversiones para mejorar la producción. Afirma que la inversión para lograr esta experiencia es costosa, pero lo compara de la siguiente manera: “Si sufrís un terremoto y se te cae el techo de tu casa vos sacas plata de cualquier lado para reconstruirla lo antes posible. Con el Cambio Climático se está cayendo el techo en el campo santacruceño”

Sobre el efecto del cambio climático sobre la producción ganadera, Bárcena afirma que “hay gente que dice déjalo así, que ya va a pasar, ya van a venir la lluvias Yo entiendo que no hay que quedarse esperando. Tenemos que adaptarnos”, insiste.

En la entrevista con Ahora Calafate subraya que desarrollo se hizo depender de las lluvias. Mi campo es normal tiene un régimen de lluvia de 350 mm al año que es un poco más que la zona centro, pero yo no usé el agua de lluvia. En todos los campos Hay algún manantial, algún arroyo manantiales o chorrillos, que hay que aprovechar”.

Se enorgullece al decir que “hicimos esta experiencia en la peor condición de todas, con el terreno natural y en medio de una sequía que ya lleva varios años con déficit de agua importante. Si yo logro estos resultados en la condición más extrema de sequía, quiere decir que se puede”.