Opinión Alejandro Rojo Vivot - Escritor 24/10/2024

CARTAS ORGÁNICAS: LA DIGNIDAD DE LA PROPIA VOZ

Las cartas orgánicas locales afianzan la democracia, dan autonomía plena y contribuyen de sobremanera al desarrollo individual y comunitario. Lamentablemente Santa Cruz aún no vivió esta experiencia de este proceso siendo una de las pocas provincias en nuestro país en habilitar esta herramienta ciudadana. Por Alejandro Rojo Vivot.

Voz, figura y ademán son tan importantes en la oratoria como el contenido del discurso”. (1)

 

Enrique de Tapia Ozcariz

 

En democracia, la libertad es un factor principal e ineludible como lo es en todas las dictaduras y gobiernos con sesgos autocráticos que son capaces hasta de alterar resultados electorales para perpetuarse en el poder.

Las cartas orgánicas locales afianzan la democracia y contribuyen de sobremanera al desarrollo individual y comunitario.

En Argentina, muchas provincias han generalizado la autonomía plena en cada ciudad salvo, entre otras, Santa Cruz habilitada constitucionalmente desde 1957.

Un aspecto primario de la capacitación ciudadana es profundizar ampliamente en cuanto al hablar públicamente, pues serán más eficientes en la exposiciones y debates pluralistas y democráticos.

AVANZANDO

De lo que se trata es que todos nos expresemos con nuestra propia voz y que ejerzamos el derecho a ser escuchados, teniendo en cuenta que existen autoritarios que deciden por los demás buscando interrumpir exposiciones públicas molestando por las opiniones presentadas. Lejos estamos de brindar recetas o decálogos del bien decir, pero sí aportar opiniones y experiencias por si resultan de interés para ponerlas en práctica como generar reflexiones y debates al respecto.

El análisis crítico de cómo hablamos en público es una magnífica herramienta, sobre todo para quienes están convencidos que siempre se puede mejorar la forma de transmitir ideas y conocimientos.

Hemos transcritos varios párrafos extensos de obras claves que, en el siglo XXI, son rara avis de las librerías y en algunas bibliotecas hay que encontrarse con una eficiente orientación al lector a fin de, eventualmente, hallarlas.

ADEMÁS

Un gran aporte en el siglo XX fue el que realizó el británico John Langshaw Austín (1911-1960) que, entre otras, condensó en su obra póstuma Cómo hacer cosas con las palabras (1962), siendo uno de los pilares principales de la filosofía del lenguaje desarrollando la teoría de los actos de las palabras, generando un cambio fundamental de las perspectivas científicas tradicionales que se remontan hasta, por lo menos el griego Aristóteles (384 a. C-322 a. C) con su trabajo De interpretatione.

El acto de hablar en público conlleva el movimiento coordinado de una serie de músculos, respiración, etcétera, pero sobre todo algo que decir en presencia de quienes escuchan.

A hablar en público se aprende, practicando todo lo que sea necesario con perseverancia, con eventual ayuda, pero sobre todo buscando ser siempre uno mismo, más allá de que podamos observar a otras personas inclusive las que se destacan en la materia. La inteligencia no es no cometer de los errores pero sí de aprender de los mismos.

La mejor forma de avanzar es hacerlo gradualmente, como con la bicicleta, aprendiendo con la experiencia. Quizá nuestros sufrientes públicos iniciales serán familiares y amigos.

SIN DUDA

Es necesario la preparación específica, tratando de estar descansados, concentrarse en silencio unos minutos previos a comenzar y, llegado el caso, emplear algunas técnicas que nos ayuden a relajarnos como hacer pequeñas actividades dándonos unos segundos extras previamente: tomar un poco de agua, ordenar los papeles, escribir una idea a la vista de todos, etcétera; serán solamente unos instantes, pero de gran valía si son necesarios.

Así mismo se puede comenzar leyendo un breve párrafo de algún autor que haya hecho referencia al tema a tratar.

La cuestión es comenzar, como con la bicicleta, pues a medida que avanzamos es de prever que vayamos adquiriendo confianza y las destrezas necesarias.

También es clave que los presentes aprendan y practiquen a ser público, teniendo siempre en cuenta que el derecho a pensar y hablar en público tiene su correlato en ser escuchado sin ser molestado.

POR EJEMPLO

Si en una conferencia está prevista una instancia de preguntas por parte de los presentes será una magnífica oportunidad para solicitarle aclaraciones, aspectos a profundizar, etcétera; no son nuevas exposiciones por parte del público que, si se desea, puede organizarse un debate abierto en igualdad de condiciones para todos los presentes.

Es importante no imponer a quien concurrió para una cuestión específica algo distinto a lo acordado; la prudencia y el respeto jugarán un papel calve.

Las posibilidades de hablar en público son muchas y diversas; es necesario organizarlas y convocarlas con claridad pues contribuirá en mucho a lograr lo buscado tanto por quienes la preparan, los que exponen y el público que asiste.

Un buen recurso es el emplear los términos precisos para expresar las ideas, pues palabras con un sentido utilizadas con otro pueden confundir al auditorio.

DESDE LUEGO

No es necesario manifestarse con expresiones infrecuentes, ajenas al lenguaje del disertante y del auditorio; a veces se apelan a formas rebuscadas como, por ejemplo, para señalar un hospital se dice nosocomio. Recordemos que el origen conceptual de hospital fue casa para peregrinos o menesterosos alojados por un breve período.

Con frecuencia, conocer las etimologías contribuye a comprender cabalmente los sentidos de las palabras y a enriquecer el lenguaje, mejorando la capacidad de transmitir ideas, datos, propuestas, etcétera, evitando complejizar el mensaje y la forma de exposición.

EN FIN

  


 

NOTAS Y REFERENCIAS

Alejandro Rojo Vivot, en numerosas oportunidades, en medio de una prolongada y terrible violencia armada, trabajó en El Salvador (Centro América) con mujeres rurales, analfabetas funcionales, con discapacidad y empobrecidas, favoreciendo que se reconozcan como sujetos de derechos, con dignidad humana, para luego sí empeñarse en transmitir técnicas de hablando en público.

1) Tapia Ozcariz de, Enrique. Oradores célebres. Ensayo sobre la elocuencia. Aguilar. Página 13. Madrid, España. 1965.

2) Cicerón, Marco Tulio. Diálogos del orador. EMECÉ. Página 70. Buenos Aires, Argentina. 9 de octubre de 1943.

3) Cicerón, Marco Tulio. Diálogos del orador. EMECÉ. Página 70. Buenos Aires, Argentina.9 de octubre de 1943.

Alejandro Rojo Vivot - Escritor

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