Hace exactamente un mes, el 21 de abril, Nazar Kuzmin partía de El Calafate hacia Buenos Aires para luego viajar a Ucrania. Se despedía de sus seres queridos y dejaba una frase: "Hoy empezó mi viaje y despedirse de mis amores me costó mucho pero yo sé QUE VUELVO!”.

Para conseguir el dinero del pasaje se organizaron rifas, ventas de pollos y recibió donaciones. Su hermano mayor Taras, había partido el 17 de marzo.

Ambos se reencontraron en Ucrania, el país donde nacieron y donde vive su padre, a quien todavía no pudieron ver. Se alistaron como voluntarios para sumarse a la resistencia de la invasión rusa a su país.    

Desde hace tres semanas están en un batallón recibiendo entrenamiento militar para entrar en combate. “Estoy con mi hermano, estamos bien. Ya cerca del frente. Ojala que la semana que viene nos manden adelante”, cuenta Nazar a Ahora Calafate.

Antes de partir, en una de las entrevistas con FM Dimensión, Nazar había dicho que no temía pelear por su país. “No tengo miedo a ir, tengo miedo a quedarme y no haber hecho nada por mi país”, afirmó.

Ahora desde un lugar de Ucrania, al que no le permiten revelar, Nazar y Taras entrenan junto a otros voluntarios de varios países, principalmente América Latina. ”Con mi hermano manejamos un grupo de gente, que son de Argentina, Chile, Perú, Panamá, España, Colombia y Brasil. También hay gente de todo el mundo que viene a ayudar a Ucrania”, cuenta.

Si bien aún está apartado de la zona de combate, ya vivió algunos momentos difíciles. “Cuando suena la alarma de ataque aéreo se pone feo. No sabes a dónde va caer”, haciendo referencia a las bombas o misiles.

Nos cuenta que tanto entre los voluntarios como en las tropas y la población civil la moral está bien alta. “Todos listos para luchar”.

Por último el “Ucra” como lo conocen sus compañeros de trabajo o los de El Calafate Rugby, envía un mensaje de esperanza. “Esperamos que esto se termine lo antes posible para volver a nuestro querido Calafate y seguir viviendo la vida que teníamos antes”.