La historia siempre demostró que las rachas y los momentos no siempre inclinan la balanza hacia uno u otro lado. Es cierto que ayudan, que en el transcurso de la temporada los balances positivos son los que se ubican más arriba y que aquellos que menos fortuna tienen con los resultados terminan pagando consecuencias. Sin embargo, dentro de ese detalle, cada noche es un mundo diferente y puede suceder cualquier cosa. Hoy en el Pando de Boedo se pudo ver esto mismo, con un Hispano que llegaba herido y terminó dándole un sacudón al inspirado San Lorenzo. Fue victoria por 76-73 para los de Río Gallegos, un triunfo que alimenta la confianza del equipo y que refleja a las claras las calidad que tiene el Celeste.

Es la segunda victoria de Hispano en seis partidos (récord 2-4), recordando que ya le había ganado a Platense en la tercera fecha y que el festejo que consiguió hoy fue el primero en condición de visitante. Así, se recuperó de las anteriores dos caídas en la ruta, ante Argentino en Junín y Peñarol en Mardel. Por su parte, San Lorenzo (4-2) no pudo conservar su invicto de local, en una noche donde tuvo algunas ausencias importantes como Sandes (distensión) y Corzo (lumbalgia).

Los de Mati Huarte necesitaban una victoria en una situación de este tipo. Su rival venía exhibiendo muy buenas performances, y una victoria ante un equipo con el peso que tiene el Ciclón también genera un impulso extra. Hoy el Celeste estuvo mucho más fino en los minutos finales, aprovechó que en el golpe por golpe llegó más entero y preciso, defendió un poco mejor y también atacó un poco mejor, y en ese balance se abrazó a un triunfazo. Fue duro, pero al final de la noche festejó y en definitiva eso es lo que importa.

No caben dudas que cuando Guido Mariani se enciende son buenas noticias para Hispano. El escolta hace volar a todo el equipo, con balón controlado siempre termina en situaciones ofensivas peligrosas, dándole profundidad a cada acción, con el aro entre ceja y ceja, y hoy emergiendo una vez más como el gran líder de ataque: 24 puntos, agregándole un sensacional 4/5 en triples, además de 2 rebotes, 3 asistencias y 1 robo. Es la carta de gol, en las últimas 2-3 temporadas viene demostrando un nivel en pleno ascenso y cuando engrana resulta el pilar más confiable del equipo.

De esta forma, Hispano consiguió su segundo festejo en la temporada y se vuelve a Río Gallegos con una sonrisa, clave para trabajar con mayor ímpetu en los próximos días y esperar al día 9 de diciembre, cuando se vuelva a enfrentar al Ciclón aunque de local en el Juan Bautista Rocha.

Informe: Prensa AdC.  Fotografías: Liga Nacional.