¿Se vienen los canjes de deuda financiera por acción climática?

Es el pedido que viene manifestando el gobierno de Argentina y que, incluso, ha tenido algunas expresiones a favor de organismos internacionales. Analizamos sus oportunidades y desafíos, en un contexto donde el financiamiento es clave para actuar ante el cambio climático.

Mundo 06/06/2021 Tais Gadea Lara - Redacción
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Deuda por política climática. Es lo nuevo que empieza a ponerse sobre la mesa, al menos desde los discursos del gobierno argentino, en medio de negociaciones para resolver su endeudamiento externo. Pasemos a analizar qué implicaría, en el contexto también de la necesidad de financiamiento que tienen los países en desarrollo para poder implementar políticas de acción climática.

¿Cuál es el pedido?

Fue en la Cumbre de Líderes sobre el Clima del 22 de abril, que el presidente argentino Alberto Fernández habló de "renovar la arquitectura financiera internacional": "La agenda es clara: movilización de recursos concesionales y no reembolsables, canalizados a través de la banca multilateral y bilateral, con procesos ágiles y transparentes. Pagos por servicios eco-sistémicos y canjes de deuda por acción climática".

¿En qué consistiría?

Considerando lo que explicó el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible argentino, Juan Cabandié, en algunas entrevistas, la propuesta sería, en vez de devolver el 100% del dinero adeudado, utilizar un porcentaje de él para acciones de política climática. Ejemplo de esas acciones podrían ser la promoción de energías renovables o el cuidado de bosques nativos. El argumento es que, si bien no se estaría devolviendo el dinero, se lo estaría destinando a políticas con beneficios para todos en la lucha ante el cambio climático.

¿Qué dicen los organismos internacionales?

Están dando un guiño positivo. Ya a comienzos de abril, desde el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se expresaron a favor de considerar canjes verdes de deuda, e incluso a dar a conocer proyectos en esta línea para la COP26. Y en un reporte de marzo, ambos organismos mostraron estar desarrollando un marco organizativo para conectar el alivio de las deudas con los planes de los países para invertir en un desarrollo verde, resiliente e inclusivo.

¿Cuáles serían las oportunidades de un canje así?

"Sería una oportunidad porque le reduces la carga al Estado de tener que generar el recurso para pagar la deuda y permites que ese recurso se asigne a otras actividades. Lo primordial no es sólo el canje de deuda, sino cómo diversificas tus ingresos para descarbonizar. Se quita esa presión, el recurso se puede invertir en actividades de transición energética, adaptación, agricultura sostenible. Eso a su vez reactiva la economía, genera más empleos, y eso permite generar otros ingresos. Es un círculo virtuoso que podría permitir terminar con el círculo vicioso de las deudas", explica Sandra Guzmán, coordinadora del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe (GFLAC).


¿Es tan fácil cambiar los sistemas financieros de deuda?

"El pedido de Argentina es innovador. Esto seguramente sea parte de los próximos acuerdos que pueda tener el país, pero no creo que ello evada un compromiso de deuda en términos monetarios, quizás pueda suavizarlo", opina Santiago Bulat, economista de Invecq Consulting y argumenta pensando en el futuro: "De aquí en adelante, las experiencias que puedan surgir van a estar de antemano pautadas, por ejemplo, que cierto porcentaje de compromiso de deuda tenga una contraprestación de compromisos climáticos".

Guzmán coincide con Bulat en que ve que sea más factible un híbrido, es decir, no un canje total, sino de un porcentaje. Y subraya la necesidad de que quede el destino climático de esos recursos quede bien especificado, para evitar que luego se destinen a actividades que contribuyen al cambio climático.

¿Cómo se enmarca esto dentro del proceso del Acuerdo de París?

Carolina Schmidt, presidenta de la COP25, me respondió en conferencia de prensa que cualquier otro compromiso que puedan hacer los países para contribuir a su acción climática es positivo. Pero que ello no sustituye los elementos de financiamiento del Acuerdo de París. Por ello remarcó que es fundamental la total implementación del acuerdo, y eso incluye el aún pendiente artículo 6 sobre mecanismos de mercado y no mercado.

¿Cómo venimos con ese financiamiento climático?

"Hay mucha ambigüedad sobre el financiamiento", reconoce Guzmán sobre el Acuerdo y argumenta: "La meta política de los 100.000 millones de dólares anuales que debían movilizarse -de los países desarrollados a los países en desarrollo- desde 2020 no se ha logrado y ahora hay dudas de si, en el contexto de la pandemia, se podrá alcanzar".

El otro aspecto que resalta la experta: la mayor parte del financiamiento climático se destina a políticas de mitigación (reducción de emisiones), evidenciando un desbalance con la también necesaria adaptación. Más aún considerando que los países que necesitan ese apoyo económico para implementar políticas climáticas son, al mismo tiempo, los más vulnerables al cambio climático.

Tais Gadea Lara - Redacción 

Foto: Intervención: CENTA

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