Balance Juegos Olímpicos: Cuando algunos políticos hacen todo para destruir las buenas y pocas políticas deportivas

En octubre de este año va hacer 36 años que quien escribe ejerce el periodismo en la Argentina y cubrí de distintas maneras nueve Juegos Olímpicos y mi tesis de periodismo fueron Los Juegos Olímpicos y después de tantos años y tanta agua que paso por abajo del puente, es por impotencia, bronca que escribo esta opinión.

Acaba de terminar los juegos olímpicos y la delegación argentina ocupó los tres lugares del podio: arrancó con el oro de José “Maligno” Torres en BMX Freestyle, le siguió la plata de Mateo Majdalani y Eugenia Bosco en el Nacra 17 de vela y concluyó con el bronce de Las Leonas. Y a estas medallas, le sumó seis diplomas olímpicos: Agustín Vernice (4° en canotaje), Julián Gutiérrez (8° en tiro), Matías Dell Olio (8° en skateboarding), 

Ante este panorama, nuestro país finalizó en el puesto 52° entre 206 naciones, un ascenso de 20 lugares respecto de Tokio 2020.

El dato más alentador es que rápidamente se volvió -al menos una vez- a lo más alto del podio, después de que en Oriente ningún atleta o equipo consiguiera el metal más preciado. El otro es que ya se cumplieron 40 años desde la última ocasión en que Argentina se retirara de unos Juegos Olímpicos sin medallas, un sabor amargo que sintió en Los Ángeles ‘84.

Pero el mal está arraigado desde hace varios años. En 2009 se voto en las dos cámaras del congreso de la Nación una Ley para financiar al deporte argentino creando en ENARD que aportaba el 1% de los abonos de telefonía celular a una cuenta que la manejaban, la secretaria de deportes nacional, el Comité Olímpico Argentino (COA) y las autoridades del ENARD. Eso sirvió mucho para financiar al deporte y los deportistas como contrapartida cada confederación y federación mostrara resultados de los objetivos que cada deporte se había trazado, sino se volvía a ver cada uno. Pero el Estado condicionó al deporte olímpico a partir de 2017, cuando por un decreto de Mauricio Macri desfinanció al Enard y a partir de ahí paso ese gobierno, luego el gobierno de Alberto Fernández y ahora hace nueve meses de este gobierno de Milei se sigue desfinanciando y destruyendo las infraestructura y planificación deportiva expulsando deportistas al exterior para poder seguir soñando. Así ya pasaron tres gobiernos de distintas ideologías políticas, pero idénticas decisiones con el deporte: todos le dieron cada ve z menos desde el 2017.

Sobre este ítem, Mario Moccia, presidente del Comité Olímpico Argentino, insiste hace varios años con un reclamo: “Hay que recuperar la autarquía del presupuesto del Enard y poder tener más recursos. La desaparición del fondo que aportaba el 1% de la telefonía celular fue un mazazo para el deporte argentino”. 

En estos nueve meses el panorama es desolador, se desactivaron los apoyos a los juegos juveniles provinciales y nacionales (Evita), y se recortaron los aportes a las escuelas formativas municipales, de donde cada tanto salía algún Braian Toledo, con lo que la producción en medallas es mucho mejor que el plan de desarrollo olímpico. Es el esfuerzo antes que la planificación; los emprendimientos personales por sobre la inversión institucional.

Maligno Torres cuenta con el apoyo de la Agencia Córdoba, una sociedad económica mixta entre lo estatal lo privado, y varios sponsors colaterales (bebidas energizantes, zapatillas), que junto con la beca del Enard le permiten sentirse muy bien respaldado y competir al mejor nivel internacional de su disciplina. Solo se tiene que dedicar a rendir de la mejor manera. Pero él es uno en un...

Muchos políticos se llenan la boca diciendo "desarrollar una política deportiva en los niveles educativos", pero esa infraestructura es muy precaria para las escuelas y universidades estatales, mientras que no alcanza lo que se forma en las escuelas privadas, y eso si le sumamos a una provincia de Santa Cruz que no tiene casi nada.

Desde febrero pasado, el Enard promete “trabajar en la definición de los nuevos objetivos estratégicos para quienes forman parte de cada universo”. Planea diseñar un plan a corto, mediano y largo plazo (2024-2032) que contemple las necesidades de cada deporte en el alto rendimiento y que sea “una herramienta para potenciar la actividad en busca de la excelencia”, hasta ahora no se hizo nada y no se va hacer nada.

Algunos que lean estas líneas en El Calafate o Santa Cruz dirán, "y esto que nos hace a nosotros" y hay ejemplos varios de deportistas de Santa Cruz que sueñan y uno de esos ejemplos es Tomás Spikerman que soñaba con ser un deportista olímpico pero, la realidad le choco la cara y tuvo que dejar de ser el número 1 de la Argentina en judo como él lo fue porque, el apoyo no llego nunca, él es uno de los varios santacruceños que los adultos y especialmente algunos políticos se encargaron y se encargan de destruir lo poco que se había echo.

Ojalá alguna vez Argentina lo pueda tener y hacer, yo soñaba que lo iba a ver, pero ya con la edad que tengo tampoco lo voy a ver.

Desde este humilde lugar voy a seguir como desde hace casi 36 años, estar a lado de los deportistas y entrenadores especialmente.

DEPORTISTAS NO BAJEN LOS BRAZOS acá hay un periodista que siempre va a estar con ustedes para difundir lo poco o mucho que hagan, TODOS SON IMPORTANTES.

Por Pablo Perret fundador y conductor del programa "Marathon Deportiva" desde 1992, fundador de Reseña Deportiva, socio fundador de AHORA CALAFATE.